16 marzo, 2007

Algunas preguntas respecto de la libertad.



Si… los tiempos modernos exigen al pensamiento eliminar concepciones metafísicas y abstracciones como “el hombre” y “el ser”.

Si… la construcción de la personalidad y la realización humanas parten del reconocimiento en el individuo de la necesidad de una auto-definición en los propios términos, es decir, la salida al encuentro de mi camino, mi forma de ser hombre en el mundo.


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Desnudo y entre flores de campo quedó recostado el vientre blanco mío que respiraba con tonalidades de primavera. Los dientes y labios habían hecho un plan para delinear la sonrisa más bella y deliciosa. Las flores, cuando te rozan discretamente, producen sentidos tan disímiles como excitantes: una cadena de caricias animadas por el viento y enloquecidas en un centro neurálgico perfecto, agudo. Me he llamado yo y descanso en el pensamiento de un océano eterno: yo soy la magia mía, yo soy el que, recostado en la silente majestuosidad del jardín, pienso. “Je pense”. El ejercicio de verte desnudo, ese espejo en el que un “adentro” es inspeccionado desde un “afuera” que es, a su vez, ventana y puente de salida, electriza aún más el cuadro en el que me estoy pintando desnudo mientras las flores me rozan por el sigiloso viento que las empuja contra mi piel, desnuda, que las recibe como tormenta de sensaciones en cadena. El eco de mis sentimientos se vuelve el centro de la experiencia: ya no soy sólo yo quien recurre a ser centro, sino la naturaleza toda la hace su centro en mí, se instrumentaliza esclava y sierva de la sensación. ¿Lo notas?, el ombligo del mundo estuvo siempre tan cerca y jamás lo vi. En cada corazón se forma un núcleo que encierra para sí todo su alrededor, y todos bailan al ritmo de mi respiración, y hasta los otros que me miran son no más que actores en la puesta teatral que lleva mi nombre, de la cual soy director. En mi respiración desnuda sobre flores que me besaban con el correr del viento se ha anidado el centro del mundo: ya muerto Dios, la tierra o el hombre, soy por fin libre de emprender la carrera mía, la propia elucubración de la materia única que me compete: mi personalidad, mi vida, la posesión magnífica con que fui dotado y plenipotenciado.


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La reflexión es simple… ¿qué es lo que definimos?, una vez que los horizontes de significación, es decir, aquéllos contextos sobre los cuales las evaluaciones de uno mismo toman relevancia, han desaparecido, ¿qué importa lo que decidamos? En este mundo que tanto defiende la libertad como bien supremo, ¿cuál es el valor de una elección, si cualquier cosa que decidamos tiene el mismo no-valor? Se me podrá decir que la libertad tiene un valor en sí, cosa que habrá que admitir, pero, aparte de este (¿pseudos?) valor, ¿existe un valor en las decisiones que tomamos?

Resumamos: los tiempos modernos no reconocen argumentos metafísicos, es decir, todos los horizontes de significación que argumentan el bien y el mal a partir de fuerzas trascendentales, fuera del mundo, deben ser por definición eliminados. Pero entonces, ¿de dónde surgió esta idea moderna?, ¿alguien puede negar que la afirmación del hombre autónomo y cuya conciencia es auto-regulada es eminentemente metafísica?, ¿cuáles son los argumentos racional-instrumentales para afirmar que el hombre es eso que se dice de él? Si partimos de un momento metafísico, ¿cómo negar la posibilidad de la metafísica?, ¿no es de ella misma de donde el entramado liberal o libertario crea sus significaciones? Si vamos más allá, notaremos que el liberalismo define al hombre como la no-definición, es decir, como aquél a quien nada externo (pre) define al sujeto. Ahora, si esto es cierto y nos encontramos en la contemplación del sujeto “vacío”… (como dijera un querido filósofo), ¿no es esta visión más metafísica que todas las demás?, ¿cómo se intuye o se racionaliza a este sujeto?

Más allá: suponiendo la posibilidad de hablar sin metafísica, la posibilidad de un hombre que se auto-define de acuerdo a sus propios criterios (¿en verdad todos los hombres tienen sus criterios?), caemos en la primera pregunta, ¿por qué es tan importante algo tan efímero y errático?, ¿no será que, en última instancia, ha sido imposible retirar la metafísica de las vidas de las personas y que, aun libremente, el valor de sus decisiones procede de criterios ultra racionales?
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Nota. La reflexión que presento toma prestadas ideas de varios filósofos. No es mi pretensión presentarlas como mías. Desde autores como Rene Descartes e Immanuel Kant, hasta Charles Taylor, Martin Haidegger, Friedrich Nietzsche, Alan Haworth, Isaiah Berlin, han desarrollado estas ideas en toda su extensión. en particular, tomé ideas del texto doctoral de Eric Herrán. Aquí sólo pretendo plantear una pregunta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la forma en que me has hecho sentir la libertad a través de tu descripción sobre ella ("Desnudo y entre flores...").

También por haberme recordado mis conflictos existenciales con las preguntas planteadas... siempre es grato saber que hay seres que comparten tus mismas inquietudes.

No me había atrevido a emitir algún comentario en este espacio, y ahora lo hago un poco con el pretexto del tema en cuestión, porque creo que es ("El Burdel") una exelente muestra de libertad (por cierto... no puedo creer que nadie, aun, haya comentado algo!). En fin... mi respeto, admiración y agradecimiento a todos sus creadores.

NAHUAL INSANE48 dijo...

"en efecto, el conocimiento no se puede considerar como una herramienta ready made que se puede utilizar sin examinar su naturaleza.El conocimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad primera que serviría de preparación para afrontar riesgos permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente humana. Se trata de armar cada mente en el combate vital para la lucidez." -E.Morin-

escrito interesante y con ideas increibles que juegan con nuestras realidades, lo que "parece" no precisamente es su significación, pues solo se "asemeja" jejeje.
¿Lucidez?... mmm... no sabría francamente en donde radica obtener tal potencia sobre verdad pronunciada o percibida.

encantadora imagen de conocimiento juan, te agradesco el texto!!!

para: m.falfán gracias por tu comentario y observación sobre "elbourdel", ojalá dejes mas sobre lo que venga en el futuro.

Juan Pablo dijo...

M. Falfán. Te agradezco tu comentario. Sin duda, este texto es original en el Bourdel en tanto su contenido. La pregunta filosófica la dejo ahí: ¿no será que nuestra gran "libertad" no es más que una metáfísica distinta, un encarcelamiento con otro nombre? No con esta pregunta planteo que la metafísica esté mal, sino, por el contraio, creo que es necesario hacer la pregunta del hombre "solo", "vacío". En fin, te agradezco muchísimo tu comentario y pues andaremos por aquí andando caminos, como ya dijera el maestro Serrat.

Nahual: como siempre, mi hermanito filosófico, aquí estamos tratando de deshilvanar la existencia. La pregunta por la existencia, me parece, es ineludible en última instancia. Gracias por tus comentarios y pues a darle, que a eso hemos venido. Un abrazo cálido.

JP.

 
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