La tierra se viste con tu cabello
que pinta de ocre y castaño el otoño,
que da color de atardecer eterno
a este instante en que tu pelo se esparce
y se enreda sin tiempo entre mis dedos,
y la tierra y el viento y la arena de
los desiertos viven para tu pelo,
del que toman color y movimiento
existes en mi pecho que te canta
en el lenguaje de un latido leve:
ritmo sereno y lento de cigarra,
que suena intermitente en notas que caen
sobre el silencio de tus piernas calmas
y envuelto en tus humores y en tu aliento,
que viven silentes en mi recuerdo,
un sueño comienza a rozarme apenas:
tus dedos se mueven sobre mi cara
tocando y recorriendo apenas nada,
juegan con mi nariz y con mi barba,
se meten en mi boca como agua,
tu mirada despierta me libera
del letargo de estas horas cansadas,
y tomas mis besos entre tus manos
y con ellos cubres tu piel de invierno,
tus piernas aprisionan mi deseo
y mis ojos llueven sobre tu cuerpo.
Pero pequeñas muertes me persiguen:
despierto sin tu beso y sin tu aliento
y siempre, siempre siento que estoy muerto,
sin tu piel sosegando mis deseos.
Pero vuelve la noche, como versos
que regresan, como el vivo recuerdo
de tu ojos de mar, tu vientre de uva,
y no hace falta más estar despierto
porque vuelvo a tu boca para beber
la vida que regalas en palabras:
en cada letra con que hilas mi nombre.
que pinta de ocre y castaño el otoño,
que da color de atardecer eterno
a este instante en que tu pelo se esparce
y se enreda sin tiempo entre mis dedos,
y la tierra y el viento y la arena de
los desiertos viven para tu pelo,
del que toman color y movimiento
existes en mi pecho que te canta
en el lenguaje de un latido leve:
ritmo sereno y lento de cigarra,
que suena intermitente en notas que caen
sobre el silencio de tus piernas calmas
y envuelto en tus humores y en tu aliento,
que viven silentes en mi recuerdo,
un sueño comienza a rozarme apenas:
tus dedos se mueven sobre mi cara
tocando y recorriendo apenas nada,
juegan con mi nariz y con mi barba,
se meten en mi boca como agua,
tu mirada despierta me libera
del letargo de estas horas cansadas,
y tomas mis besos entre tus manos
y con ellos cubres tu piel de invierno,
tus piernas aprisionan mi deseo
y mis ojos llueven sobre tu cuerpo.
Pero pequeñas muertes me persiguen:
despierto sin tu beso y sin tu aliento
y siempre, siempre siento que estoy muerto,
sin tu piel sosegando mis deseos.
Pero vuelve la noche, como versos
que regresan, como el vivo recuerdo
de tu ojos de mar, tu vientre de uva,
y no hace falta más estar despierto
porque vuelvo a tu boca para beber
la vida que regalas en palabras:
en cada letra con que hilas mi nombre.
6 comentarios:
Chente!!!
Carajo!, qué buena pieza te has aventado. En serio, señor, una dedicadísima caravana con sombrero tocado y lo que tu ingenio le quiera inventar.
No puedo quitarme el sabor de susurro de todo el poema, porque todo es sutil, suave e imperceptible. Las figuras encantan, simplemente bien escogidas. En fin, creo que sólo haciendo mucho ruido se puede homenajear con lo que nos has venido.
Saludos!
JP.
no quiero decir que no sea bueno sin embargo se siente la iluminación, sin embargo los buenos poemas se escriben con más sudor y menos inspiración
Estimad@ anónimo@:
¡Hiiiijoleees! Ahora si no te entendí, jaaaa...
No sé, me dejas con muchas dudas, sobre todo con respecto al término "iluminación". En fin, sería excelente hablar sobre eso.
Y con respecto a si los buenos poemas se escriben con más sudor y menos inspiración... bueno, creo que no hay una fórmula para escribir poemas (si es que mi texto se puede llamar así). En lo personal, no tengo ninguna. No tengo siquiera el hábito de escribir. Escribo cuando me da la gana o cuando, en su caso, la inspiración llega. No puedo llamarme escritor, ni poeta, ni cuentista; para serlo se necesita, creo, una vocación y una disciplina rigurosa... No poseo ninguna de las dos. Así que, como verás, no me queda más recurso que apostar por la inspiración.
Ojalá te animes a explicarme un poco mejor tu comentario (soy de lento aprendizaje jaja)... Y sigue leyendonos. Saludos!
Tan suaves tus palabras, de una armonía pacifica y de colores brillantes, con una ruptura: las denominadas muertes, tal vez se habría consagrado el cuadro anterior impulsándolo a un paisaje con vida, que brinde vida, vivo como el gozo de la percepción de un cuadro mágico.
Como siempre, Vicente, todo un honor y agrado leer tus escritos.
Que la iluminación te siga cobijando, que el martirio de una mecánica, no marchite jamás el soplo de la vida.
para algunos les cuesta y sudan, otros en cambio, solo fluyen en el Poder.
Un gran abrazo!!!
lindo lindo!!!
es como si fuera algo muuuuuy lento, q te lleva a la raiz de cada palabra y sentimiento en lo más profundo de ti...
haces suspirar!
e®s
Me sumo a los aplausos y me sumo también al sentimiento. Reconozco una notoria diferencia entre este texto y otros tuyos que he leído. Espero que no sólo se deba a mi ausencia del boourdel, aunque seguramente algo hay de eso, pero no quiero dejar de señalar que veo con alegría que encuentras más figuras, que las hilas mejor, que las encuentras más diversas, les das tambipen un mejor sitio y en definitiva, si antes nos convencías ahora nos subyugas y embelezas --o viceversa.
Abracadabra.
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