16 octubre, 2007

Simpatía por Dios


En el silencio se narran historias, que tienen eco en la eternidad…
Hundo mis pensamientos de entre la vorágine social
Me sostengo del silencio para escuchar.

…padeceré de hambre… en tanto degusto teorías, me embriago de axiomas, sorbo el conocimiento, saboreo cada palabra que brinde sabiduría… en tanto viva de mis ideales.

Casi místico, casi tangible, casi vivo, casi muerto.

Vibraciones armónicas, pulsiones ordenadas, vida en plenitud.

Verbo que hace silencio y revolución
Acto vehemente en la praxis humana
Sintonía que al espíritu armoniza.
Gracias J.P. por la charla, continuemos el debate. -nahual insane-

13 octubre, 2007

Conversaciones

Octubre 13, 2007. 2:10 a.m.



La mujer es la ecuación más aleatoria y no lineal a la que el hombre jamás podrá encontrar solución

Dios hizo trampa a los hombres, porque nos ha dado un poblema que ni él mismo es capaz de resolver.

La mujer termina siendo para el hombre una solución real en un punto singular.



Dr. Miguel Torres.








Music by: Mar de copas-Fugitivo
Texto basado en hechos 100% reales.

12 octubre, 2007

El Asunto del Creer


1. Del desencantamiento del mundo al antiesencialismo del sujeto.

Retomando a Marcel Gauchet: el posmodernismo supone —a partir de Nietzsche, quizá— la ruptura absoluta del "mundo" de Dios y el "mundo" de los hombres. ¿Un mismo mundo? Quizás, quizás no. Mas, ¿qué debemos entender por el nuevo secularismo?, ¿cómo entender el "Dios ha muerto"? Nietzsche es absolutamente conciente de la posibilidad de verdades, aunque, como dirá, carecemos del órgano necesario para el "conocimiento". Dios se vuelve lo inalcanzable, más nunca debe implicar un categórico "inexistente". La razón es simple: al carecer de tal órgano, la existencia o no de Dios se vuelve indemostrable y, por tanto, es lanzada al mundo de la "fe", de la tan abucheada tarea del "creer". Volveré al final a esta cuestión.
La negativa hacia un ordenamiento teocéntrico supone (o supondrá, a fuerza de la lógica de los acontecimientos que seguirán) un antiesencialismo dirigido al sujeto: el individuo que antes era arropado bajo el manto divino y a través del cual generaba algún tipo de dignidad se encuentra hoy, bajo las condiciones actuales, impedido para tal tarea. La actualidad no ceja de hablar de dignidad, pero el término mismo ha mutado: ya no —y quizá, nunca más— una dignidad a priori, sino contractual, venida de un pacto asimilado por las comunidades. El hombre, pues, también pierde el "encanto" que la presencia (¿conciencia?, quizá el término reside únicamente en el centro del espíritu humano, a manera de respuesta existencial a la cuestión bipolar origen-fin) de la divinidad otorgaba al mundo. Un mundo anteriormente bañado del aura de la causalidad y finalidad del Ser por excelencia... hoy, un mundo técnico, orientado a fines, donde los conceptos sólo se extraen del consenso. ¿Razón para lamentar? Hay que temer que la respuesta es compleja.


2. La insoportable necesidad de creer.
Nada más incoherente que un ateo. Pues el ateo firme en su convicción no es menos creyente que el deísta; ambos se entregan violentamente al ejercicio de la fe (fe-hacia-Dios): uno aferrándose a la idea de la existencia de un Ser y, casi por ende, de un mundo siguiente o una extensión vitalicia de la conciencia (de nuevo, el término no hace justicia); el otro, paralelamente, conformando su actividad a la negación de tal existencia, y reconociendo, por ende, la importancia de la negación. Mas, ¿por qué el ímpeto y la violencia de negar lo inexistente sino por la creencia trascendental de que el tema es de importancia máxima? Dios, pues, mantiene la característica que, en su tiempo, se otorgó a Jesucristo: signo de contradicción. Seguimos, no obstante, sin llegar a la pregunta: ¿por qué seguimos creyendo? Aquí un esbozo de respuesta.
Matemáticamente sabemos que un límite puede tender, cuando se le evalúa, al infinito. ¿Infinito se ha dicho? ¿Qué es, debemos preguntar, ese concepto raro? El cerebro humano, no hay duda, es incapaz de aprehender el concepto de la misma manera en que aprehende conceptos como "perro", "cinco", "Italia". La razón es simple: no estamos capacitados para entender algo que supere las categorías kantianas de tiempo y espacio. Estos "moldes" donde depositamos los pensamientos dan extensión y profundidad al pensamiento mismo, es decir, son las condiciones sine qua non del pensamiento. ¿Arbitrarios conceptos? En absoluto. Nada hay que podamos entender que no esté limitado por tiempo y espacio, ya que nosotros mismos no somos más que seres hoy-aquí, mañana-allá, etc. El pensamiento del infinito, así como los de"libertad", "Dios", "alma" etc., sólo es asequible a través de la "creencia": una suerte de intermedio entre el pensamiento y el absoluto vacío de la incapacidad de pensar. La creencia, pues, se manifiesta como herramienta —auxiliada y acotada por la razón, no cabe duda— a través de la cual sintetizamos lo no-sintetizable dando algo así como un salto no comprobable.
La verdad de la existencia de Dios, la verdad del socialismo (como doctrina), la verdad de la libertad, son posibles sólo si renunciamos en parte a conocer científicamente. Nadie sabe a ciencia cierta que Dios existe, pero tampoco que no existe (entiéndase aquí "ciencia cierta" como eso que modernamente llamamos racionalidad; véase, pues, a Popper). La "creencia", también llamada fe, no es más que este instrumental que permite capturar y materializar lo que supera nuestras capacidades.


3. Disertación.
Al mundo moderno, finalizando, debe hacérsele un cuestionamiento. ¿Qué sucede, pues, con los derechos humanos? Respuesta no sin aventurarse: son un entramado de consensos no consensuados. ¿Vida?, ¿muerte?, ¿educación?, cada quien define el derecho a su manera, desvaneciendo la esencia misma de un derecho propiamente humano. La libertad, así como la vida, se han convertido (al menos, claro está, en las democracias occidentales) en un laissez-faire, laissez-passer que en nada implica "derecho", sino "ausencia": de coerción, de interferencia, de coacción. Pero, e insisto, nada se dice del "derecho" como tal, en sí mismo. El manto de los derechos humanos, pues, es tan falaz como la presión universal por la tolerancia (tema que no abordaré).
¿Existe alguna salida a la creencia?, de ser así, ¿es una buena salida? Y de no serlo, ¿cómo compaginar la creencia con la corriente posmoderna?

10 octubre, 2007

Qué choteado está tu vocabulario
Vi mierda flotando
Y cómo el Señor Poeta
La tomaba de entre el aire
Y la convertía en verso
“¡ese es el verdadero artista señor!”
el que toma la caca misma entre sus manos
y la convierte en escultura súper terrenal
la palabra no va ahí
no escribas nunca más
se necesitan artistas- elitistas
¿Qué importa que nadie te entienda?
Si la poesía es estética es poesía, si no se convierte en desperdicio
¿Entiende el ciclo de la mierda?
¡Hemos vuelto a empezar!
Mucho siseo, mucho pepeo
Muchas cadenas para pensar en lo que quiero
Muchas jaladas
“Jaladas es del habla coloquial”
¡disculpe señor poeta, discúlpeme por pensar!
Qué vocabulario tan gastado, qué manera la suya de divagar
¿Ha leído usted a los verseros?
El versero yo lo acabo de inventar.
Verá usted: es un mujer una hombre que escribe sin sujetarse a las pendejadas convencionales
que mandan los señores que saben de arte y que son cultos
¡sus versos son excremento!
¡Carecen totalmente de métrica!
¡No tiene cadencia al recitar!
He sido exiliado del mágico mundo de la Estética estúpida, superficial,
¡Qué hermosa composición!
¿Ya vio que las palabras en la hoja tienen forma de culo marchito?
¡Qué bonito!
¿Lo ve? Ya pude rimar.
Yo no sirvo para escribir, porque no escribo como Ugalde, como López o como Flerche,
¿Quiénes son esos?
¿Qué importa? Ya los nombré.
Y mientras los nombro los enaltezco
Me hago chiquito y me voy
¡Qué triste, no soy escritor!
Nunca podré publicar un libro.
La gente no leerá mis puteces filosóficas
La gente no me pondrá en pedestales
nadie me llevará flores al lodo cuando me muera
“Esto es basura que apesta”
¿ya le mencioné la etapa de la caca? La fase en que la porquería se transforma en arte y se cuela en una galería en forma de esplendor.
La gente paga millones por admirar pestilencias
Los verseros son unos locos que andan desnudos sin sed
Escriben con piedritas en la tierra
Pero no saben escribir
Se inventan letras y palabras que no tienen nombre
Escriben con gusanos en la panza de los grandes señores que comen huevos de milpiés y fetos recién abortados
¡Lo más exquisito con cubierto de metal fino!
Los verseros no existen porque no tienen academia
No tienen técnica ni espacio en la crítica
Son del pueblo y el pueblo no los escucha
Pero ellos lo miran y son hijos de su decadencia alegre
¡Oh hermosa putrefacción! Mientras la Tierra se cae a pedacitos yo me pongo a hablar del estilo poético de Rochette (¿quién carajos es ese güey? No sé, un poeta noruego irlandés alemán ruso inglés que escribía como Legrel ¿qué quién era Legrel? Un señor ruso chino francés argentino que escribía como Pollet… )
adiós, yo no vuelvo a rayar un solo garabato en el hoja de una árbol
si no me parezco a Chancro no soy bueno.
¡Rescáteme de la estupidez, del lugar común!
¡Rescáteme vuélvame como yo, como usted, pero que no se parezca a mí!
El poeta no se hace, se nace. Lo siento. Cupo limitado. No más intelectuales excluyentes. A la otra vida.
Gracias ¡Qué pena hijo! No soy dios pero mira cómo juzgo sus ensayos. Ensayo y error.
Nunca supe escribir
¿Según quién?
Según un pendejo descalzonado que tiene prejuicios hasta para cagar.
Otra vez huele a mierda.
Pero ya sé cómo empezar.
Es el ciclo de la caca, una y otra vez. Si hoy soy mierda, mañana soy del cerrado Sir Culo de artistas.

05 octubre, 2007

De las Incomodidades...

“De las Incomodidades de Tener Alas”

Para Octavio.

Esta historia no tiene tiempo. No sé cuándo pudo haber comenzado y seguro que nadie más la va a contar, pero eso no importa porque en realidad no es historia. Es la realidad. La mía.
Me molesta sobremanera que la gente piense que todos los ángeles forzosamente tienen alas, pero me molesta, caso particular, que crean que yo soy un ángel.
Tener alas no es necesariamente significado de divinidad, al contrario, a veces he pensado que es un castigo, afortunadamente, no todos las ven…
Los niños son, sin excepción, observadores, más aún, escudriñan con detenimiento todo lo que se posa ante sus ojos. Los niños siempre han visto mis alas.
No tengo problemas en contestar torrentes de preguntas a ellos, no me sofocan sus miradas de asombro. Más bien me preocupan “los grandes.”
Una vez, en un puesto de tacos, sentí sobre mi humanidad el peso de algunas miradas y me di cuenta de que toda la gente a mi alrededor me miraba idiotizada. Una señora, que por cierto estaba con su hijo pequeño, me pidió una pluma, lo cual francamente me molestó, y le dije: Señora ¿alguna vez le han arrancado un pelo púbico? La mujer pareció no escucharme y como el niño empezó a hacer su puchero, opté por regalarle la mal llamada “pluma”.
En realidad, la gente no imagina lo doloroso que es arrancarse una “pluma”. Duele casi igual que quebrarse un dedo o sentarse en una tachuela. Duele casi igual que una inyección o la mordida de un perro. (Duele más o menos así.)
¿Volar? Volar es un placer casi prohibido. No puedo volar de día. Cuando llevo prisa tengo que amarrarme las alas, pues me veo demasiado tentada a usarlas y comienzan a moverse sin que logre controlarlas. Tengo que andar en transporte común, lo cual es un martirio pues mis alas se doblan, chocan con todos, estorban a todos (nadie se explica porqué ocupo tanto espacio si mi mochila no es tan grande.)
Sólo vuelo de noche y en lugares poco transitados. En resumidas cuentas, esto de tener alas no es ninguna genialidad, aunque hoy en día es menos peligroso, pues la gente va tan ocupada y envuelta en sí misma que ya no se percata de nada, lo cual sí es muy peligroso, y más que peligroso, preocupante.
Sólo de vez en cuando disfruto de mi deformidad, es de veras divertido saludar a la gente que vuela en aviones, asustar a las abuelas cuando revoloteo sobre algún tejado, llevar a algún ciego a dar un paseo por el cielo, salvar a cualquier suicida sin que se dé cuenta –muchos piensan que la gracia divina los rescató por alguna razón,- llevar a algún desahuciado a dar su primer vuelo-
Sólo de vez en cuando, juego a que soy un ángel.

04 octubre, 2007

Haiku*

A Josie N.



Nada han cambiado

el mar y el olvido

al borrar tus huellas.









* El Haiku (o Haikai) es otro tipo de poema breve de origen japonés. Consta de diecisiete sílabas organizadas en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente.

Este tipo de poema plasma una situación cotidiana a la que el poeta japonés liberaba de toda trivialidad al elevarla al plano trascendental del espíritu.

En esta entrega no cumplo con la estructura clásica del Haiku, ya que este poema consta de cinco, seis y seis sílabas en cada uno de los versos. El esfuerzo lo he puesto en contar una historia (muy personal) entre líneas.

Disfrútelo con leche.

V.N.





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ocho horas después (actualización):

De alguna forma debo liberarme, debo desgarrate, borrarte, matarte, antes de que todo lo anterior suceda conmigo. He recogido todos los pedazos que yacían en el tiempo, algunos sobran y otros se han perdido para siempre. Este proceso ha sido largo hasta la nausea, y yo ya estoy cansado. Y tú, tú estás mas viva que nunca. Todo carece de principio, magnitud, sucesión y sentido; la carestía es un río desbordado que trasciende más allá de tu presencia y se lo lleva todo, incluso, la posibilidad de significado.

Y tú, tú eres una marea.

V.N.

 
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