17 abril, 2009

El molino.

La sensibilidad de la posición estratégica de una orgullosa taza
con la matemática exactitud de sus formas, instantáneas, su sombrero de vapor.

Parece muy sola ... igual parece feliz.

Un aroma robusto parece impregnar en mis dedos al instante en que acaricio los finos cabellos, lisos, colgantes y tímidos que se permiten el abandono, recorriendo un camino oscuro, matizado, que segundos antes, nunca visto.

Dolor de grano seco, exquisito sabor, de qué manera no debe estar orgullosa.
 
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